• Casa de pueblo en venta Sencelles, Biniali, Mallorca

Auténtica casa de pueblo mallorquina en Biniali

Descubra esta hermosa casa en el tradicional pueblo de Biniali, con una impresionante fachada de piedra natural. Situada en el centro del pueblo, esta propiedad ofrece una privacidad y tranquilidad excepcionales, permitiéndole disfrutar de un estilo de vida sereno a la vez que está cerca de todos los servicios locales.

La propiedad ofrece una mezcla única de vida rural y de pueblo. Una gran parcela rural de aproximadamente 10.000 m² colinda con la propiedad, lo que le permite experimentar lo mejor de ambos mundos. Desde la zona de la piscina y la planta superior, podrá disfrutar de las maravillosas vistas de la encantadora torre de la iglesia y la histórica torre del molino.

La casa se distribuye en dos plantas e incluye dos amplios dormitorios, cada uno con baño en suite. Ambos dormitorios se encuentran en la planta superior, junto con un pasillo que actualmente se utiliza como despacho. La planta baja cuenta con un amplio salón-comedor y una cocina bien equipada con electrodomésticos Bosch. También hay un aseo de invitados / lavadero convenientemente accesible desde la zona de la piscina.

Refrésquese durante los calurosos días de verano en la amplia piscina, de aproximadamente 40 m², o relájese en la terraza tradicional. La zona de la piscina también incluye una sala técnica que ofrece espacio de almacenamiento adicional. Disfrute de calefacción central de gas en toda la casa y aire acondicionado split en los dormitorios. La propiedad cuenta con un excelente aislamiento, manteniéndola caliente durante los días más fríos del invierno. Una acogedora chimenea en el salón añade encanto a la casa. La casa incluye una cochera para hasta tres coches, con espacio de aparcamiento adicional para otros vehículos.

Biniali es un auténtico y romántico pueblo mallorquín situado a sólo 20 minutos de Palma. Está inmerso en una de las mejores regiones vinícolas de la isla, con la Sierra de Tramuntana como telón de fondo. El pueblo se construyó a finales del siglo XVII, aunque hay indicios de residentes que se remontan a la prehistoria, como se puede ver en los yacimientos talayóticos de la zona. El pueblo ofrece un ambiente relajado y amistoso, con sus vecinos reuniéndose frecuentemente en uno de los tres bares para tomar algo, comer y ponerse al día. Durante el año se celebran varias fiestas populares que atraen a muchos a disfrutar de este bello lugar. También hay una tienda con diversos productos locales, una panadería, y los servicios públicos. El pueblo está bien comunicado por autobús y la cercana estación de tren de Binissalem también ofrece servicios directos. Santa Maria e Inca están a sólo 10 minutos en coche y ofrecen infraestructura adicional y opciones para disfrutar.